La extracción de piezas dentales, sobre todo molares, es un procedimiento común en odontología, que puede causar algo de incomodidad o dolor en la intervención o en los días posteriores a ésta.

En nuestra clínica se utilizan los mejores insumos, los cuales permiten realizar los procedimientos de forma precisa, lo cual ayuda a un menor impacto en el momento y luego en la recuperación. Asimismo, la anestesia utilizada tiene gran evidencia científica de respaldo.

Luego de la extracción, existen varias estrategias para minimizar el dolor y asegurar una recuperación más cómoda. Es fundamental seguir las indicaciones de la odontóloga, como tomar los analgésicos prescritos a tiempo y no realizar movimientos que requieran grandes esfuerzos al menos durante las primeras 24 a 48 horas. Además, se recomienda mantener una dieta blanda, evitar fumar y realizar enjuagues prescritos para ayudar a la cicatrización. Si el dolor persiste o aumenta, es importante consultar nuevamente para evaluar posibles complicaciones y asegurarse de que la recuperación vaya según lo esperado.

La principal diferencia entre bótox y ácido hialurónico radica en sus componentes, mecanismos de acción y objetivos de tratamiento:

Bótox (toxina botulínica): Es una proteína que se utiliza para bloquear temporalmente la señal nerviosa que provoca la contracción muscular. Al inyectarse en áreas específicas, como la frente o alrededor de los ojos, el bótox suaviza las arrugas causadas por la actividad muscular repetitiva (por ejemplo, las líneas de expresión). Su efecto es temporal, generalmente dura entre 3 y 6 meses, y se utiliza principalmente para reducir las arrugas dinámicas (aquellas que aparecen cuando se mueven los músculos faciales).

Ácido hialurónico: Es una sustancia natural que se encuentra en el cuerpo, particularmente en la piel, donde actúa como un hidratante y relleno. En estética, el ácido hialurónico se utiliza principalmente como relleno dérmico para restaurar volumen y mejorar la hidratación de la piel. Es eficaz para tratar arrugas estáticas (las que están presentes incluso cuando el rostro no se mueve), como los surcos nasolabiales o los labios finos. A diferencia del bótox, que actúa sobre los músculos, el ácido hialurónico se utiliza para rellenar y dar volumen a las áreas de la piel que lo han perdido.

En resumen, el bótox actúa sobre los músculos para reducir las arrugas causadas por el movimiento, mientras que el ácido hialurónico se usa para rellenar y dar volumen a áreas con pérdida de volumen o arrugas estáticas. Ambos tratamientos son temporales y se eligen según el tipo de arrugas o problemas estéticos que se deseen tratar.

En nuestra clínica puedes escoger entre ambos tratamientos dependiendo de la evaluación de nuestra experta. 

La rehabilitación oral es una rama de la odontología dedicada a restaurar la salud dental de personas que han perdido piezas dentales, ya sea debido a caries, traumatismos, fracturas o enfermedades periodontales, a través de la colocación de prótesis. Además de recuperar los dientes perdidos, también busca restablecer la armonía oclusal, corrigiendo la mordida y mejorando la función estética de la boca.

Las soluciones que se pueden aplicar en estos casos son básicamente tres: incrustaciones, coronas e implantes dentales. Las cuales tiene el fin de mejorar su función como su estética. A continuación te explicamos cada uno de ellos:

Incrustaciones: Las incrustaciones son restauraciones dentales personalizadas que se colocan en cavidades dentales grandes que no requieren una corona completa. Se fabrican a medida, generalmente con materiales como porcelana o resina compuesta, y se utilizan cuando el daño o la caries no afecta a todo el diente, pero sí a una parte significativa. Se adaptan perfectamente a la forma del diente afectado, restaurando su funcionalidad y estética sin necesidad de cubrir todo el diente. Se colocan de manera indirecta, lo que significa que el dentista toma una impresión de la cavidad y luego la incrustación se fabrica en un laboratorio antes de ser cementada en el diente.

Coronas: Las coronas son fundas o "capas" que cubren todo el diente afectado para restaurarlo completamente. Se utilizan cuando un diente está muy dañado, debilitado o después de un tratamiento de conducto. Las coronas proporcionan una solución duradera, protegen el diente y mejoran su apariencia. Se pueden fabricar en diferentes materiales, como porcelana, metal o una combinación de ambos, y se colocan de manera directa sobre el diente tras haber sido reducido para permitir su ajuste. Las coronas son especialmente útiles para dientes que sufren fracturas o un desgaste considerable.

Implantes dentales: Los implantes son una solución para la pérdida de dientes, consistentes en un tornillo de titanio que se inserta quirúrgicamente en el hueso maxilar o mandibular, funcionando como una raíz artificial. Una vez integrado en el hueso, se coloca una restauración (como una corona, puente o dentadura) sobre el implante para reemplazar el diente perdido. Los implantes dentales son muy duraderos y ofrecen una solución estéticamente natural, ya que se integran bien con los huesos y tejidos circundantes. Son ideales para personas que han perdido un diente o varios y desean una opción más estable y duradera en comparación con las dentaduras postizas.

Nuestra especialista está capacitada para poder ayudarte en los que necesites. Para mayor información, puedes pedir tu cita.